miércoles, 23 de diciembre de 2009

¿Cuál es peor: Calígula o Yozei?

Tanto Calígula como Yozei tendrán un lugar de honor en la lista de los gobernantes más sanguinarios y crueles de la Historia.
Y es que la fama de algunos malvados de la Historia suele depender de un cúmulo de circunstancias presentes y futuras a partir de las cuales, los historiadores hacen su trabajo.
El emperador Tiberio dejó como heredero de su imperio a su hijo, llamado Cayo, a quien los soldados apodaron Calígula. Todavía era un muchacho cuando fue nombrado emperador.
Atacado desde su infancia por una dolencia nerviosa, ésta originó en él una locura maniaca que lo arrastró a los mayores excesos de crueldad, hasta el punto de llegar a decir en cierta ocasión que deseaba que todos los habitantes de Roma tuviesen un cuello más fino, para poder cortar sus cabezas de un solo golpe. Así, en pocos meses, hizo derramar más sangre que su padre en todo su largo reinado.
Se creía que era un dios y que todo lo que le rodeaba estaba para sus caprichos y abusos de poder. Carente de escrúpulos, adicto al morbo y sádico sexual y exento de la más elemental humanidad con por una segura disfunción cerebral, estaba obsesionado con su poder de decidir quien vivía o moría.
Durante su mandato se preocupó más por orgías y diversiones que por todo el imperio. Era salvaje en sus relaciones sexuales ya que le gustaba golpear y torturar durante el acto sexual. Su caballo Incitato también lo acompañaba en estas orgías.
Algunas de los hechos más destacables de su reinado son: cuando su hermana Drusilla estaba embarazada de 8 meses de él, cansado de esperar cómo sería su hijo rajó el vientre de Drusilla, acabando con la vida de ella y de su hijo; capó al gladiador Longino por poseer un pene mayor que el suyo; y no le gustaban las ejecuciones simples, por eso pedía al verdugo cuando torturaba al preso:"Hiérelo de tal modo que él sienta morir". Murió asesinado por su guardia.

Similar es el caso del emperador japonés Yozei.
En 876, asume al trono a la edad de 7 años, tras la abdicación de su padre. Durante su adolescencia, el Emperador vivía de manera solitaria, A veces alimentaba serpientes con ranas o ponía a pelear perros y monos. Con el pasar del tiempo, esos momentos de ocio fueron más peligrosos, llegando al extremo de ejecutar personalmente a los criminales. Cuando se enojaba, retaba a las personas con su espada. En 884, los hábitos peligrosos del Emperador empeoraban hasta el punto que ordenaba a los cortesanos a hacer actos ridículos, tales como trepar a los árboles, y ordenar a otros cortesanos que usaran lanzas para tumbar a los que estaban en los árboles, con el fin de matarlos.
Su primer ministro justificó esa acción como indigno de un Emperador, y planeó en lo posible un derrocamiento.
Aprovechó la soledad del Emperador y lo retó a una carrera de caballos, cosa que aceptó.
Cuando llegó el día de la carrera, el Emperador fue en un carruaje que lo llevaría al sitio de la carrera, pero no fue así.
El carruaje fue en dirección a un palacio al suroeste de la capital, donde lo esperaba el primer ministro, quien se enfrentó al Emperador. Le reclamó su demencia y que con ese estado de salud no podía gobernar. Fue destronado. El Emperador lloró tras saber que todos habían conjurado contra él.
La sociedad japonesa durante la Era Heian era muy sensible a los temas de “polución”, tanto espiritual como personal. Los asesinatos (en especial el asesinato de animales o personas) eran considerados los peores actos de polución posible, y era penalizado con días de reclusión con el fin de purificarse a sí mismo.
Dado que el Emperador era visto como una figura divina y relacionada a las deidades, la polución a alto nivel cometido por la fuente más pura era visto como extremadamente desastrosa. Muchos de los altos oficiales interpretaron que las acciones del Emperador se habían sobrepasado del límite y que era justificable el derrocamiento. El Emperador Yôzei fue derrocado en 884 a la edad de 15 años.
No obstante, la salud mental empeoraría.
En 889 reinició con su conducta agresiva. Entró al palacio y se dirigió a los cortesanos con demasiada rudeza y se volvió furioso. Luego, estrangula a varias mujeres con las cuerdas de los instrumentos musicales y lanza sus cuerpos a un lago. Posteriormente se montaba en un caballo y huía de la gente. En algunas ocasiones, se desaparecía en las montañas y cazaba jabalíes salvajes y venados sika, que eran considerados mensajeros de los espíritus.
Fallecería en 949 a la edad de 80 años, tras vivir 65 años en el retiro.

viernes, 11 de diciembre de 2009

El Arte se olvida de uno de sus grandes



Katsushika Hokusai


Nació en Edo, hoy Tokio, en 1760 y murió en 1849. Fue un pintor, dibujante y grabador japonés. Siendo niño fue adoptado por los Nakajima, familia de honda tradición artística. A los dieciocho años se convirtió en pupilo de un destacado maestro del ukiyo-e (literalmente, «escenas del mundo flotante»), género artístico que floreció durante el período Kamakura (1192-1333) y que tendría en Hokusai a su más depurado estilista.


Tras la muerte de su mentor, se estableció de forma independiente e inició una brillante carrera artística en la que utilizó toda clase de técnicas, desde el grabado hasta la ilustración de libros. Hasta 1806 concentró su atención básicamente en la representación de paisajes y escenas históricas, aunque tras la muerte de su hijo mayor se introdujo en el más comercial soporte del «libro de ilustraciones», entre los que destacan sus Treinta y seis vistas del Monte Fuji (1826-1833), culminación del ukiyo-e y que contiene algunas de las imágenes más famosas de la tradición artística japonesa.
Era famoso por la energía y espontaneidad de su genio creador, cosa que con la edad se incrementó aún más.
Su capacidad creativa se mantuvo siempre activa hasta que un incendio destruyó sus bocetos y materiales de trabajo en 1839, tras lo cual continuó trabajando pero de modo más pausado.
Sus últimas obras, realizadas poco antes de morir a los 89 años, ponen de manifiesto su enorme capacidad y determinación artística para superar los achaques de la vejez.
A mediados del siglo XIX sus grabados, como los de otros artistas japoneses, empezaron a importarse a París, donde se coleccionaban con gran entusiasmo, en especial por parte de impresionistas de la talla de Claude Monet, Edgar Degas y Henri de Toulouse-Lautrec, cuya obra denota una profunda influencia de dichos grabados.
Es uno de los más grandes artistas de la Historia del Arte y aún así, el mundo se ha olvidado. Desde aquí pido que le recuerden.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

El barco más antiguo del mundo

Muchos hemos pensado que los barcos más antiguos son fenicios, egipcios o griegos. Sin embargo, ninguno de los barcos hasta ahora descubiertos logra alcanzar los 8.000 años de antigüedad, salvo el barco coreano de Bibong-ri.
Es una pequeña nave pesquera construida con madera de pino. Los estudios llevados a cabo han permitido confirmar que medía cuatro metros de largo y sesenta centímetros de ancho. Era una nave ideal para navegar por aguas pocas profundas y sin demasiadas corrientes.
Como he dicho, su antigüedad se remonta 8.000 años, época en la que el territorio de Bibong-ri se encontraba situado junto al mar. A pesar de que los restos han sido hallados incompletos (sólo una pequeña parte de la obra viva), el hallazgo es de un increíble valor para la historia de Corea, pues las embarcaciones encontradas hasta entonces apenas superaban los mil años de antigüedad.

Cuatro mil años de fideos chinos

La pasta más antigua del mundo nació en China en la región de Lajia, al noroeste del país. Esto es lo que parece indicar el descubrimiento de un pequeño bol enterrado boca abajo en el barro con resto de fideos en su interior. Estos fideos son delgados y de color amarillento, llegando a medir 50 cm de largo. Los análisis de los fideos han cifrado su antigüedad en 4.000 años, y ha revelado que están hechos a base de harina de mijo y no de trigo como sucede en la actualidad.

Los restos fueron hallados por el profesor Houyan Lu de la Universidad de Ciencias de Pekín, descubriendo los restos después de una serie de terremotos e inundaciones en la zona.